sábado, 1 de septiembre de 2012

Mosca negra en la Comunidad Valenciana.


Sobre la Mosca negra y su tratamiento en Alzira, Sueca, El Perelló y otros lugares de la Comunidad Valenciana.

Blackfly Simulium erythrocephalum (De Geer, 1776) of Valencia (Spain)

En algunas ocasiones me han sorprendido las noticias de la prensa local pero todo tiene un límite. Desde hace un tiempo se pueden leer cosas como estas:
“Este insecto (la mosca negra) tiene su hábitat en áreas pantanosas como los arrozales”
“Su hábitat normal son las zonas pantanosas o ricas en agua, como los arrozales”
“El tratamiento en Alzira se realiza por primera vez a causa de la llegada de la mosca negra procedente del delta del Ebro desde Barcelona”

Rotundamente, los arrozales no tienen nada que ver con el ciclo de la mosca negra. Se circunscribe exclusivamente en aguas corrientes y normalmente limpias y oxigenadas con cierta cargas de materia orgánica de la que se alimenta. Su larva se desarrolla de forma habitual en la mayor parte de los ríos de la Comunidad Valenciana.

Rotundamente, no procede del Ebro, los ríos de la Comunidad Valenciana (y de otras comunidades) se bastan por sí solos. De hecho, el autor de esta nota tiene identificadas unas diez especies en nuestras aguas.

Entonces, ¿Qué es lo que ha cambiado en estos últimos años?
De las diferentes especies de mosca negra del género Simulium presentes en los ríos, no todas son agresivas con el hombre. Al igual que en el caso de los mosquitos picadores (Culicidae), son las hembras que se alimentan de sangre para asegurar la puesta de sus huevos. La especie conflictiva se denomina Simulium erythrocephalum y tiene esa predilección. Pertenece a la familia Simuliidae (Diptera). En la actualidad su mayor población se encuentra entre Carcaixent y la desembocadura del río Júcar en Cullera. Estos son los resultados obtenidos por Juan Rueda mediante un estudio financiado por el Ayuntamiento de Valencia. En los últimos años, desde 2009, se ha visto favorecida por el aumento de vegetación acuática sumergida. Tiene un sustrato que le gusta más que cualquier otro debido a una mayor oxigenación del agua proporcionada por el movimiento de las hojas. El aumento de su población ha provocado una alarma social a causa de las picaduras que produce. Estas no son dolorosas en el momento de “picar” ya que la mosca introduce diferentes sustancias que facilita su ingesta de sangre. Estas son, entre otras: un anticoagulantes para facilitar la fluidez de la sangre, un vasodilatador que aumenta el fluido, y un potente analgésico para evitar el movimiento de su presa al ejecutar su acción. No pican ni muerden, lo que hacen es cortar la piel con unas finas láminas bucales. El dolor vendrá después, cuando desaparezca el efecto del analgésico. La herida puede durar entre dos y seis semanas y suele producir mayores reacciones alérgicas que la picadura de los mosquitos habituales (Culicidae). Esto se debe al modo de actuación sobre la piel, una manera mucho más agresiva de alimentarse, un verdadero desollador.

Figura 1. Larva de mosca negra (Simulium sp.) Foto: Juan RUEDA.

Figura 2. Pupa de la especie Simulium erythrocephalum Foto: Juan Rueda.

Figura 3. Detalle de las branquias filamentosas de la pupa de un ejemplar de la especie Simulium erythrocephalum, un díptero de la familia Simuliidae. Foto: Juan RUEDA.

¿Cómo se controla la población de Simulium erythrocephalum?
Es un ejemplo de control el que se está realizando en el río Ebro desde el año 2006 por el “Consorci de Serveis Agroambientals de les Comarques del Baix Ebre i Montsia” y dirigido por Raul Escosa. También debe considerarse importante el seguimiento realizado en Zaragoza por el Dr. Javier Lucientes, Profesor del Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.
El tratamiento se realiza sobre las larvas en el agua del río con una bacteria, el Bacillus thuringiensis var israelensis. Este es un producto biológico que se muestra eficaz en un 100% siempre que su aplicación sea la correcta. Por otro lado también se procede a la retirada de vegetación acuática sumergida y por consiguiente de gran cantidad de huevos, larvas y pupas. Nada de utilizar inhibidores de crecimiento ya que estos no son específicos y perjudican otras especies. Además, de nada sirve tratar la vegetación terrestre con inhibidores porque no afecta a la fase adulta de la mosca negra. Una vez más, intentamos matar lo que sea a cañonazos sin siquiera dar en la diana.
A partir de ahora se impone una estrategia global desde Carcaixent hasta la desembocadura del río Júcar ya que el problema irá en aumento si no se actúa con rigor.

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