Sobre la Mosca negra y su tratamiento en
Alzira, Sueca, El Perelló y otros lugares de la Comunidad Valenciana.
Blackfly Simulium erythrocephalum (De Geer, 1776) of Valencia (Spain)
Blackfly Simulium erythrocephalum (De Geer, 1776) of Valencia (Spain)
En algunas ocasiones me han
sorprendido las noticias de la prensa local pero todo tiene un límite. Desde
hace un tiempo se pueden leer cosas como estas:
“Este insecto (la mosca negra)
tiene su hábitat en áreas pantanosas como los arrozales”
“Su hábitat normal son las zonas
pantanosas o ricas en agua, como los arrozales”
“El tratamiento en Alzira se
realiza por primera vez a causa de la llegada de la mosca negra procedente del
delta del Ebro desde Barcelona”
Rotundamente, los arrozales no tienen nada que
ver con el ciclo de la mosca negra. Se circunscribe exclusivamente en
aguas corrientes y normalmente limpias y oxigenadas con cierta cargas de
materia orgánica de la que se alimenta. Su larva se desarrolla de forma
habitual en la mayor parte de los ríos de la Comunidad Valenciana.
Rotundamente, no procede del Ebro, los
ríos de la Comunidad Valenciana (y de otras comunidades) se bastan por sí
solos. De hecho, el autor de esta nota tiene identificadas unas diez especies
en nuestras aguas.
Entonces, ¿Qué es lo que ha
cambiado en estos últimos años?
De las diferentes especies de
mosca negra del género Simulium
presentes en los ríos, no todas son agresivas con el hombre. Al igual que en el
caso de los mosquitos picadores (Culicidae), son las hembras que se alimentan
de sangre para asegurar la puesta de sus huevos. La especie conflictiva se
denomina Simulium erythrocephalum y
tiene esa predilección. Pertenece a la familia Simuliidae (Diptera). En la
actualidad su mayor población se encuentra entre Carcaixent y la desembocadura
del río Júcar en Cullera. Estos son los resultados obtenidos por Juan Rueda
mediante un estudio financiado por el Ayuntamiento de Valencia. En los últimos
años, desde 2009, se ha visto favorecida por el aumento de vegetación acuática
sumergida. Tiene un sustrato que le gusta más que cualquier otro debido a una
mayor oxigenación del agua proporcionada por el movimiento de las hojas. El
aumento de su población ha provocado una alarma social a causa de las picaduras
que produce. Estas no son dolorosas en el momento de “picar” ya que la mosca
introduce diferentes sustancias que facilita su ingesta de sangre. Estas son,
entre otras: un anticoagulantes para facilitar la fluidez de la sangre, un
vasodilatador que aumenta el fluido, y un potente analgésico para evitar el
movimiento de su presa al ejecutar su acción. No pican ni muerden, lo que hacen
es cortar la piel con unas finas láminas bucales. El dolor vendrá después,
cuando desaparezca el efecto del analgésico. La herida puede durar entre dos y
seis semanas y suele producir mayores reacciones alérgicas que la picadura de los
mosquitos habituales (Culicidae). Esto se debe al modo de actuación sobre la
piel, una manera mucho más agresiva de alimentarse, un verdadero desollador.
Figura 1. Larva de mosca negra (Simulium sp.) Foto: Juan
RUEDA.
Figura 3. Detalle de las branquias filamentosas de la pupa de
un ejemplar de la especie Simulium
erythrocephalum, un díptero de la familia Simuliidae. Foto: Juan RUEDA.
¿Cómo se controla la población de Simulium erythrocephalum?
Es un ejemplo de control el que se
está realizando en el río Ebro desde el año 2006 por el “Consorci de Serveis
Agroambientals de les Comarques del Baix Ebre i Montsia” y dirigido por Raul
Escosa. También debe considerarse importante el seguimiento realizado en
Zaragoza por el Dr. Javier Lucientes, Profesor del Departamento de Patología
Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.
El tratamiento se realiza sobre
las larvas en el agua del río con una bacteria, el Bacillus thuringiensis var
israelensis. Este es un producto biológico que se muestra eficaz en un 100%
siempre que su aplicación sea la correcta. Por otro lado también se procede a
la retirada de vegetación acuática sumergida y por consiguiente de gran cantidad
de huevos, larvas y pupas. Nada de utilizar inhibidores de crecimiento ya que
estos no son específicos y perjudican otras especies. Además, de nada sirve
tratar la vegetación terrestre con inhibidores porque no afecta a la fase
adulta de la mosca negra. Una vez más, intentamos matar lo que sea a cañonazos
sin siquiera dar en la diana.
A partir de ahora se impone una
estrategia global desde Carcaixent hasta la desembocadura del río Júcar ya que
el problema irá en aumento si no se actúa con rigor.
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